Mis padres cuentan que nací un caluroso día de octubre. Se me esperaba 10 días antes, pero una vez que me decidí a venir, lo hice en media hora. Y como dicen los expertos en las terapias del nacimiento, mi forma de nacer define bastante bien mi forma de tomar acción en la vida. Me cuesta un poco arrancar, pero una vez que me decido, lo hago con determinación y a buen ritmo. De esta manera se formó la idea de dedicarme a la psicología; una vez que lo sentí dentro de mí, avancé hasta llegar a licenciarme y seguir formándome hasta el día de hoy.

Antes de finalizar la carrera, comencé a realizar voluntariados con personas con trastorno mental grave y con población reclusa. A partir de ahí he estado realizando terapias grupales e individuales con todo tipo de colectivos. Y no he dejado de formarme, para poder garantizar a las personas que confían en mi trabajo y mi experiencia, el mejor de los resultados.

He tenido el placer de trabajar en el tercer sector, en la administración pública, y también tener mi propia consulta privada. Cada experiencia me ha posibilitado aprender diferentes maneras de intervenir y me ha aportado una mirada más humana y más amplia. A medida que me he ido enfrentando a nuevos retos, me he formado al mismo tiempo, para poder ofrecer la mejor atención a las personas que ponían su confianza en mí, lo que me ha posibilitado tener un enfoque integrativo y holístico.