Desde hace muchos años, he creado e impartido cursos y talleres, como complemento fundamental de la terapia individual o de pareja. También, estos cursos y talleres funcionan como vehículo de fácil acceso para que la ciudadanía en general acceda a información relativa a ciertas realidades sociales que nos afectan a todos/as. Se sabe que, un taller o curso posibilita adquirir conocimiento teórico específico, a la vez que se accede a la experiencia personal del resto de los integrantes o participantes.
Grupos con vida propia.
¿Por qué se dice que los grupos que funcionan bien están vivos? Esto sucede cuando se generan dinámicas específicas, favoreciendo una cohesión y sintonía propias, que hacen que el grupo sea único y desarrolle una personalidad que va más allá de la propia suma de sus miembros.
¿Y por qué me encanta facilitar talleres grupales o cursos? Porque más allá de hacer un camino de crecimiento y mejora personal, encontramos una red con personas con quienes compartir nuestros avances y nuestra constancia. Por lo que el aprendizaje se transforma en una experiencia viva que va más allá de los talleres, de la cual los participantes pueden extraer su riqueza y compartirla.
“No podemos vivir sólo para nosotros mismos. Mil fibras nos conectan con otras personas; y entre esas fibras, como hilos compasivos, nuestras acciones van como causas y regresan como efectos.”
Herman Melville