La psicoterapia es un proceso de crecimiento y mejora personal, destinado a tratar asuntos relacionados con todo lo psicológico, emocional y cognitivo, al igual que en nuestras relaciones sociales e intrapersonales. Ayuda a aumentar el bienestar percibido por las propias personas, y a conocerse mejor a sí mismo/a. Se trata de un acompañamiento, llevado a cabo por una persona que tenga la carrera de psicología; esto es importante, ya que, a día de hoy, existen muchas personas que han realizado masters y cursos sobre alguna técnica o terapia de crecimiento personal, pero que no han cursado la carrera de psicología, por lo que no son psicólogos/as, es decir, realizan terapia, pero no psicológica.
La psicoterapia nos puede ayudar en multitud de aspectos como: ansiedad y estrés, depresión, duelos y pérdidas, traumas y abusos, manejo de emociones y conductas impulsivas, problemas familiares y de pareja, ayuda en la toma de decisiones, trastornos de salud mental y alimentarios, fobias y miedos, adicciones, entre otros.
Generalmente, cuando percibimos que padecemos alguno de los problemas descritos en el punto anterior, o sentimos que cada vez nos cuesta más sentir alegría, estar a gusto con otras personas, o nuestra energía va disminuyendo progresivamente… pueden ser indicadores de que necesito un acompañamiento terapéutico. A veces, no podemos nosotros/as solos/as salir de la situación emocional en la que nos encontramos, y de la misma manera que acudimos al médico cuando no terminamos de curarnos de un resfriado o cualquier otro malestar físico, acudir a un/a psicólogo/a para que nos ayude, puede ser la mejor decisión.
A día de hoy existen un número considerable de orientaciones psicológicas y diferentes técnicas que ayudan en el proceso psicoterapéutico. Mi formación de base en la universidad fue la orientación cognitivo-conductual. Después de licenciarme, realicé un master de psicoterapia humanista, donde me formé en Gestalt, Psicodinámica, Focunsing y Bioenergética. Posteriormente también cursé posgrados de violencia de género, psicología sistémica y psicología clínica e intervención en trauma. Las técnicas que más uso a la hora de intervenir son EMDR y TIC, dos herramientas destinadas a la integración de recuerdos traumáticos, los cuales suelen estar detrás de prácticamente cualquier patología o malestar psicológico. Por otra parte, para las personas que les guste o se animen a probar, también utilizo las Flores de Bach como apoyo a la psicoterapia, que son de gran ayuda y acortan los tiempos en psicoterapia.
Aunque la terapia online se realiza desde hace muchos años, fue a partir del confinamiento sufrido en el año 2020 por el Covid, que muchos terapeutas tuvimos que seguir atendiendo a nuestros clientes de forma online. En aquel momento descubrimos que la terapia seguía siendo efectiva, y que además, traía por añadidura otras ventajas: accesibilidad geográfica y comodidad, ofreciendo un lugar seguro (el propio hogar) a la hora de abrirse emocionalmente al/la terapeuta. Proporciona una mayor accesibilidad a terapeutas especializados, ya que elimina la barrera de la distancia. Se reducen considerablemente las barreras logísticas, evitando desplazamientos y barreras arquitectónicas. Generalmente conllevan un coste menor, ya que las sesiones presenciales requieren un gasto del local en cuanto a alquiler y suministros. Facilitan una continuidad del tratamiento, ya que si por alguna circunstancia inesperada, como mal tiempo, un viaje, una mudanza… permite seguir con el tratamiento, siempre que se tenga conexión a Internet. Reduce el estigma y aporta privacidad, es decir, el hecho de acudir presencialmente a terapia puede suponer una barrera importante, y más según donde vivamos, ya que personas conocidas pueden vernos entrar a la consulta psicológica; realizar terapia online, aporta mucha más privacidad, ya que, la intimidad de cada persona es sólo asunto de esa persona en particular, y todo/as tenemos el derecho sobre cómo manejarnos con nuestros asuntos íntimos y particulares.
La plataforma que uso de forma regular es Skype. Pero si fuera necesario, se podría habilitar otro tipo de herramienta como TEAMS o Google Meet.
Cada terapeuta tiene su forma de proceder. En mi caso, respeto mucho el propio ritmo de la persona, trabajando sobre los aspectos y los objetivos que esa persona haya verbalizado durante la sesión. Durante las primeras sesiones se recaba más información, para poder conocernos mejor, pero no es obligatorio ni necesario contarlo todo en las primeras sesiones. al fin y al cabo somos dos personas desconocidas, y a veces el cliente necesita más tiempo para irse abriendo. Alguna vez mando algún ejercicio para casa, pero no con frecuencia. Intento ser lo más empática posible y utilizar herramientas efectivas que acorten los tiempos de terapia.
Tal y como he descrito en cuestiones anteriores, muchas veces, lo que nos lleva a terapia es un problema en nuestras relaciones interpersonales, y una de las más relevantes es la que se produce entre los miembros de la pareja. En las sesiones de terapia de pareja, se abren nuevas vías de comunicación. Se analiza el vínculo y los distintos roles que juegan cada miembro, viendo si son válidos y necesitan ser revisados. También se consensuan acuerdos y se aprende a resolver los conflictos de una forma más constructiva para ambos.
No existen tiempos preestablecidos. Afortunadamente, cada persona es diferente, y puede requerir más o menos sesiones, y también va a depender de varios aspectos como: el apoyo externo del que disponga la persona, la implicación personal en el proceso terapéutico, la frecuencia con la que se produzcan las sesiones, la intensidad de los síntomas, la profundidad a la que quiera llegar cada persona. Hay que tener en cuenta que, el malestar que sufren las personas que acuden a terapia, se ha tomado su tiempo en generarse y mantenerse, por lo que, solucionarlo y alcanzar el nivel de bienestar deseado, también puede llevar un tiempo. Aplicando herramientas como EMDR y TIC, podemos acortar estos tiempos de terapia, pero aún así, cada caso es diferente. Primero hay que dar un tiempo para establecer el vínculo con el/la terapeuta, ir entendiendo cómo la persona ha llegado a la situación actual, y después, poco a poco ir sanando esas heridas, con el respeto y cariño que, sin duda, se merecen.
Yo recomiendo, y en esto solemos estar de acuerdo la mayoría de psicólogos/as, una vez a la semana, sobre todo al principio de la terapia, ya que es lo más indicado para empezar a ver evolución y progreso. Pero siempre dependerá de las circunstancias de cada persona.
Generalmente, suelen durar entre 55-60 minutos, pero eso no quiere decir que, si la persona en ese momento está conectando con una emoción especialmente delicada o perturbadora, no se pueda alargar más allá.
Las sesiones individuales cuestan 60€ y las familiares o de pareja 80€. Aunque, si una persona quiere acudir todas las semanas, y no se lo puede permitir, se puede ajustar la tarifa. Esto se podría hablar durante todo el proceso terapéutico, según sea la necesidad del cliente o paciente.
En estos momentos no trabajo con ninguna empresa aseguradora.
Se ofrecen varias vías de pago, para que la persona pueda elegir la que más le convenga: Bizum, PayPal, transferencia bancaria. Y también se ha habilitado el pago por tarjeta de crédito o débito en la página web. Para esta última, habrá que solicitar el pago por tarjeta directamente a mí para que os envíe el enlace. Es preferible abonar la sesión antes de que empiece, pero no es obligatorio.
Como psicóloga, soy consciente de que, los procesos personales pueden ser dolorosos, y que cada persona tiene un manejo emocional diferente. También, pueden suceder eventos en los tiempos entre sesiones, que requieran de contactos telefónicos o de cualquier otro tipo con la terapeuta. Por ello, siempre les digo a mis pacientes que, estoy disponible para lo que necesiten. Si es cierto que, no puedo funcionar como un servicio de urgencia, ya que estaré parte de mi tiempo atendiendo a otras personas, pero en cuanto puedo, siempre leo y contesto a todo el mundo, y si me han llamado, en cuanto puedo devuelvo la llamada.
No hay ningún problema, pero esta cancelación debe de realizarse 24h antes de que comience la sesión, sino habrá que abonar la mitad de la misma. Aún así, si se puede mover la sesión a otro espacio de esa semana, no se cobraría nada. Esto ayuda a aumentar el compromiso con el propio proceso personal y con la terapeuta, ya que, la psicoterapia se trata de una relación entre dos personas, donde la terapeuta asume el compromiso de reservar un espacio para esa persona, y la persona se compromete a acudir a la cita. Así se va generando el vínculo terapéutico, tan necesario para que la evolución y el proceso personal sean satisfactorios para el/la cliente.
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